Segunda parte, capítulo VI - VII

CAPITULO VI

 

Caminando por el pasillo del Ministerio, Winston se encuentra inesperadamente con O’Brien, un hombre corpulento con un característico sentido del humor, quien lo acompaña poniéndole una mano en el hombro. Se ponen a conversar acerca de la neolengua hasta que O’Brien se detiene, le sugiere usar la décima edición del diccionario de aquel lenguaje y le ofrece que examine su ejemplar, Winston se muestra interesado. Se encontraban frente a la telepantalla cuando O’Brien le da su dirección para que vaya a recoger el documento, se marcha dejando a Winston con el papel, que contenía la anotación, en la mano. Luego de haber memorizado las palabras escritas, tiró el papel en el «agujero de la memoria» junto con otros. Winston sabía que tarde o temprano obedecería la indicación, sintió además que no le esperaba un futuro prometedor, inclusive mientras hablaba con O’Brien se encontraba nervioso y le había recorrido un escalofrío. Fue un encuentro de breve duración.

 

Aspectos relevantes: en algún momento tenía que pasar, sin embargo, fue curioso que este segundo encuentro físico entre Winston y O’Brien haya ocurrido con tanta normalidad. Winston sentía que su muerte se acercaba, además tenía la intuición de que O’Brien le quería decir algo, quizás el diccionario contendrá algún mensaje oculto, ¿será que realmente está de su lado?

 

CAPITULO VII

 

Winston sueña con su madre, despierta junto a Julia en la habitación superior de la tienda del señor Charrington. El ensueño le hizo recordar la muerte de su madre hace diez años, hecho que había estado reprimiendo, luego se pone a pensar en las circunstancias de aquel suceso; poco antes del acontecimiento su padre había desaparecido. Winston era un niño egoísta que vivía en la pobreza junto a su hermana menor y su madre. Un día, la madre le da a cada hijo porciones desiguales de una tableta de chocolate (llevándose la menor parte su hija) y Winston termina robando el trozo de su hermana. Tras esto, su madre y hermana desaparecen sin razón alguna. Winston se acuerda de la pureza de su madre y reflexiona acerca de los proles, miembros de la clase proletaria, le dice a Julia que ellos son humanos, ella lo cuestiona, pero Winston le responde proponiéndole marcharse del lugar en el que están para que no los encuentren y condenen a muerte. Julia le contesta que se las arreglará para seguir viviendo, pero no está dispuesta a dejarlo solo. Winston dice que podrían someterse a confesar y morir, sin embargo, Julia le dice que no pueden obligarlo a dejarla de amar, ya que no pueden penetrar sus almas. Winston termina pensando que serán humanos hasta el final.

 

Aspectos relevantes: Winston no estaba seguro de que su madre hubiera muerto, se imaginaba que ocurrió con ella y su hermana, ¿se encontrarán vivas? Julia demuestra el gran amor que le tiene a Smith, dándole una mayor esperanza de vida. Es interesante reflexionar acerca de lo “humano” y que los sentimientos no pueden ser cambiados: “el fondo del corazón, cuyo contenido era un misterio incluso para su dueño, se mantendría siempre inexpugnable” (Orwell, 1949, p. 135).