Resumen cápitulo II y III

Capítulo II

Winston procede a abrir la puerta de su piso y se tranquilizó al darse cuenta no corría riesgo por tener su diario sobre la mesa, ya que era la señora Parsons, su vecina de piso, para pedirle ayuda con la reparación del fregadero. Su reconocido esposo de aproximadamente 35 años  se encontraba trabajando en el Ministerio de la verdad. En el desarreglado piso de los Parsons había dos niños, uno de 9 años y su hermana. Mientras Winston destrancaba en fregadero ambos aparecieron vestidos de espías. El niño por su parte tenía una pistola de juguete y la niña un trozo de madera, que utilizaron como amenaza causando temor en su vecino y que finalmente recibió en el cuello un golpe con el tirachinas.

 Ya de vuelta en su piso, Winston, meditó en la adoración de los niños al partido del gran hermano y recordó un sueño que había tenido del que estaba seguro se haría realidad, en que O´Brien le decía «Nos encontraremos en el lugar donde no hay oscuridad». En la gran pantalla hubo un anuncio en que se describía una victoria, el gran hermano estaba en todas partes, pero Winston continuaba escribiendo en su diario, asumiendo el peligro que tenia de morir, con la incertidumbre de para quien lo hacía. Finalmente debía ir a trabajar por lo que se sacó la tinta que era evidencia y guardo su diario de forma que si alguien lo veía él lo notara.

Capítulo III

Mientras soñaba, Winston, recordaba a su madre y su padre que habían fallecido probablemente en una purga hace tiempo. El sueño consistía en la imagen de su madre y su pequeña hermanita, que de pronto se hundían cada vez más mientras él estaba arriba. Winston no comprendía que sucedía, pero cuando despertó realizó que su sueño podía ser la muerte de su madre en otra época diferente a la actual.

Winston despertó y en la telepantalla comenzó una sesión de ejercitación, en que él participó sin agrado mientras en su mente recordaba antiguos recuerdos. La realidad era muy diferente hace unos años, no recordaba bien muchas cosas, tenía muchos vacíos. Los mapas eran diferentes, los nombres de algunos países habían cambiado y no recordaba una época sin guerra, pero sabía que desde el ataque a Colchester en que se había resguardado con su familia, no hubo más paz. De lo que estaba consiente era que hace unos años Oceanía había estado aliado a Eurasia, mientras hoy en día eran rivales, pero no podía comprobarlo ya que el pasado estaba destruido. Por esto era importante recordar la verdadera realidad, aunque en su alrededor se hable de algo completamente distinto: el “doblepensar”.  La sesión de deporte finalizó con todos los ojos dirigiéndose a Winston, que había logrado estirarse completamente.

-          De la lectura, me llama completamente la atención el hecho de que la destrucción del pasado, en un ambiente tan controlado, puede crear la visión de una realidad completamente distinta a la que realmente es.