Segunda parte, capítulo V

Syme desapareció. Nunca existió. 

Julia, que trabaja en el Departamento de Novela, debía confeccionar panfletos de atrocidades, y Winston, a parte de su trabajo normal, alteraba o embellecía las noticias que luego iban a ser citadas en los discursos. 

La Canción del Odio, que es la nueva canción del tema de la Semana del Odio, ya había sido compuesta y era repetida constantemente por todas las telepantallas. Esta tenía un ritmo salvaje y era parecida al redoble de un tambor. 

Parsons hacia que las brigadas de voluntarios organizadas por él prepararan la calle para esta semana, la Semana del Odio, cosiendo estandartes y banderas, pintando carteles, clavando palos en los tejados y poniendo alambres por la calle para que sirvieran para colgar las pancartas. 

Aparece un nuevo cartel sin palabras el cual representa a un soldado euro asiático con una cara inexpresiva, botas grandes y un fusil ametralladora que parecía a punto de disparar. De cualquier parte que uno mirara el cartel, parecía que este te apuntaba directamente. Incluso había más retratos de este personaje que del Gran Hermano. 

Las bombas cohete mataron a más gente de lo acostumbrado para controlar el estado de ánimo de la gente. 

Estando con Julia, Winston dejo de beber tanta ginebra y dejo de toser al despertarse. Se juntaban en la habitación que se encuentra arriba de la tienda del señor Charrington cada vez que podían. Era una habitación sucia, llena de chinches, pero para ellos era un paraíso. Era casi un hogar. Aún así ambos sabían que lo suyo no iba durar. Querían rebelarse contra el Partido, pero Julia no creía que eso se pueda lograr. Lo considera algo imposible. También , a Julia le daba lo mismo si las cosas que dice su gobierno son ciertas o no. No le impresionaban las falsificaciones que el Partido le encargaba a Winston para que las perpetrase. Para él, todo lo del pasado había sido falsificado por el Partido y ellos crearon un presente donde siempre tienen la razón, por otro lado, a Julia todo esto no le importa porque piensa que de nada sirve saberlo. 

El señor Charrington es un mercader, pero da la impresión de ser un coleccionista debido a todas las cosas raras que guardaba, como un gramófono muy antiguo con una gran bocina. 

Winston quería dejar pruebas de esto para que las generaciones siguientes formaran centros de resistencia cada vez más grandes. 

Opinión personal: es un capítulo muy interesante en el que Winston habla sobre sus pensamientos y las dudas que tiene. Habla de todo esto con Julia, y aprovecha de decirle que le gustaría mostrar algunas de estas pruebas, de que el Partido falsifica el pasado y crea sólo un presente en el que siempre tienen la razón, a los demás para que de a poco las generaciones futuras creen grupos de resistencia cada vez mayores. Esto lo hace algo muy interesante de leer.